miércoles, 14 de agosto de 2013

CADA DÍA

Cada mañana me acuerdo,
de la ausencia de mis cuervos,
sueño despierto con fundir nuestros cuerpos.

Cada mañana, despierto,
y busco en mí un ejército,
pero no tengo suficientes hercios.

Cada noche tus fantasmas me visitan,
invitándome a un café me instan,
 a que siga disfrutando de las vistas.

Cada noche una pedazo de mí muere,
trato de hacerte frente,
pero mi todo se vuelve inerte.

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