Que tus labios solo sirvan
para besar y sonreír,
no dibujes convexas curvas
que ese no es tu porvenir.
Si la suerte no te sonríe,
enséñale los dientes,
y sin dilación increpa
a todo el que contigo se divierte.
Que se coman los mocos
soledades y lombrices,
que retumben
los suelos por los que pises.
Tu tristeza es un cuchillo
que golpea tu costado,
cortando mis venas
si nos golpea el viento racheado.
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