jueves, 1 de agosto de 2013

INSPIRACIÓN

Maldigo una y mil veces
a las manos que dan de comer a mis peces,
a las calaveras que perturban el sueño,
a las águilas que tienen dueño,
a mi soledad de la razón,
a las rimas de mierda que retumban mi corazón,
a Marea, Sabina y Extremoduro,
a los corazones que se forman en cortinas de humo.

Maldigo la falta de lápices y gomas,
a la edad que no perdona,
a mis dedos que escriben lo que dicto,
a mis cojones que parecen un circo,
a mi conciencia bipolar,
a mi corazón que sabe recibir pero no dar,
al casco que llevo por cabeza,
y a los ojos que te miran con vergüenza.

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