Que condenen a los juglares
que cantaron mitos y gestas
de estos colchones vacíos.
Que las cuerdas de guitarra
de nuestros cuerpos sean
jueces de nuestro destino.
Y que los martillos de colores
que revolotean la oscuridad
nos marquen el camino.
Y que las cálidas lágrimas
que en tus ojos brotan sean
mi calor en este mundo frío.
Preciosooooo
ResponderEliminar